"Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú"
Marcos

miércoles, 21 de abril de 2010

Rodolfo...

Ya desde chico mi afición a la lectura (inculcada por una abuela, la cual probablemente, y gracias a dios, no haya aportado nada más a la construcción de mi personalidad adulta) fue orientando mi camino y me fue guiando hacia la persona en la cual tengo fe de convertirme algún día.

Siempre sospeché que lo que quería era ser periodista, pero el día que leí por primera vez “Operación Masacre” de Rodolfo Walsh me terminé de decidir. Yo quería ser como él y decirle a todo el mundo lo que pensaba.

Quería ser como él, que cuando el diario La Nación lo buscó para incorporarlo a su grupo de redactores los rechazó por considerarlo un órgano de prensa de la oligarquía nacional.

Se pasó toda su vida luchando por lo que el creía correcto, y para demostrar su disconformismo escribió una carta abierta a la junta militar.

(http://www.literatura.org/Walsh/rw240377.html)

Algunos se enfrentaron a este nefasto “proceso” y otros lo apoyaron. Rodolfo utilizo el arma que mejor utilizaba y que más daño podía causar: una máquina de escribir.

Un día después de escribir esta carta fue asesinado en la esquina de San Juan y Entre Ríos, en Capital Federal. El responsable de este operativo fue Jorge “el tigre” Acosta, jefe de inteligencia del Grupo de Tareas 3.3.2 de las Fuerzas Armadas.

Este nefasto personaje presentó el pasado 27 de febrero un escrito ante el Tribunal Oral Federal Número 5, que juzga a los represores de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en el que advirtió que después del golpe del ‘76 no hubo represión ilegal sino una guerra, que esa guerra aún continúa y que uno de los enemigos a vencer es el cantante Andrés Calamaro (otro ídolo personal de quien les escribe).

No es el primero que cataloga a este mal llamado “proceso e reorganización nacional” una guerra (lo hizo en diciembre de 2009 el ex general Menendez en su alegato antes de ser condenado a cadena perpetua sin beneficio de prisión domiciliaria por crímenes de lesa humanidad), y lamentablemente podemos estar seguros de que no va a ser el último.

Lo importante es que este proceso que dejo un saldo 15 mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados y que aumentó la deuda externa de U$S 7.875 millones a U$S 45.087 no se repita.

Terminemos de remarcar las diferencias y juntemos esfuerzos para que este maravilloso país que tenemos pueda volver a caminar derecho.

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